El pasado día 18 tuve la oportunidad de acompañar a Luis en una de sus jornadas de bici para madres y padres. Era una mañana de sábado de otoño, pero con un tiempo más bien de primavera y, antes de ir, pensé que sería simplemente una salida en bici aprovechando el buen tiempo…

Rompió todas mis expectativas… conocí a un grupo de madres y padres cuya finalidad allí pensaba que era idéntica a la mía… y descubrí que esa mañana allí en Utebo, había tantas realidades como personas.

Nada más comenzar me di cuenta que la jornada nos iba a deparar mucho más de lo que yo pensaba… no tenía ni idea de cuánto puede dar de sí una bicicleta, sinceramente.

Yo he montado en bici siempre, desde niña… y, a ver… una bici es una bici ¿no?… dos ruedas, un sillín y un manillar… y dos posibilidades: o sabes montar, o no sabes… ?

¡PUES NO! Nada más lejos de la realidad amigos… cuando Luis comienza a hablar de bicicletas se abre un mundo nuevo…

¿Alguna vez te habías planteado cómo tiene que estar la bici antes de utilizarla? ¿O eres como el común de los mortales, que baja al trastero, se monta y a pedalear?

99,9% eres como el común de los mortales… como los que estábamos allí aquella mañana, claro… con nuestras bicis y sus ruedas perfectamente mal hinchadas.

Primera pregunta… ¿cómo van de presión vuestras ruedas? Mmmm… miradas de unos a otros… pues las aprietas y parece que están bien… y va Luis y nos dice que en las ruedas hay unas letritas que te indican la presión que deberían llevar… y empezamos a poner la bomba de hinchado a funcionar y todas con la mitad de aire del que deberían.

Bueno, primera prueba superada… todos con las ruedas correctas.

Segunda pregunta… ¿lleváis el sillín y el manillar a la altura adecuada para no haceros daño?

Tercera pregunta… ¿sabemos usar las marchas con sus platos y sus piñones?

Y otras muchas cosas interesantes sobre mecánica, normas de circulación, seguridad…

Y yo pensando que una bici es una bici y tampoco daba para tanto, oye…

Y después de la teoría, había que practicar un poco ¿no? Y allá que nos lanzamos el grupo por los caminos de Utebo… y allá que volví a darme cuenta de que una bici es una cosa diferente para cada persona…

Había allí alguna madre que hacía 20 años que no montaba en bicicleta… con el “respetillo” que eso supone… inseguridad en el manejo, inseguridad al ir por la calzada… y por ese miedo de volver a utilizarla, se estaban perdiendo unas estupendas mañanas de ejercicio en familia…  madres que no podían acompañar a sus maridos y sus hijos porque no se sentían a gusto encima de una bici y que vinieron para soltarse un poco con ella. Madres que luego he sabido que han empezado ya a disfrutar ellas también de las mañanas de deporte y campo con sus hijos… ¡ENHORABUENA!

Había quien quería cambiar su vida y hacerla más saludable… eso que queremos todos en enero, pero de verdad… comer mejor, dejar de fumar y hacer ejercicio… y la bici es un ejercicio fácil, que tampoco requiere un gran material o equipación y que puedes hacer en compañía o solo… era su apuesta para mejorar su calidad de vida.

Desde aquí espero que lo estés consiguiendo y ¡enhorabuena también! Porque querer cambiar tu estilo de vida a mejor creo que también la merece.

Hubo quien quería simplemente un ratito de evasión… unos momentos para ella misma… después de toda la semana con el trabajo, los niños, dedicando tiempo a todo el mundo menos a ti, qué bien sienta una hora de ejercicio, en el campo, a tu aire, tú contigo misma…

Y hubo también quien vino por el mero placer de pedalear… un padre enamorado de la bici, que aprovechó la oportunidad de dedicarle una mañana a uno de sus hobbies favoritos…

Y yo pensando unas horas antes que simplemente éramos un grupo que iba a salir un rato en bici…

Aprendí mucho, conocí gente estupenda, disfruté viéndolos disfrutar y conseguir sus objetivos… cada uno el suyo… y me di cuenta de que, da igual cuál sea tu motivo… conocer cómo utilizar, limpiar, arreglar y cuidar tu bici… hacer ejercicio solo o en familia… una bicicleta nos ofrece muchas cosas y, si eres afortunado y tienes una, no la dejes en el trastero… úsala y disfrútala…

Sandra.